La vegetación de la región abarca múltiples climas, en donde encontrarás un derroche de vida y color, como ejemplo, San Andrés de la Cal, una de sus múltiples comunidades, está considerada un observatorio certificado de aves, y yendo hacia el norte, en la comunidad de San Juan Tlacotenco, hay múltiples especies de hongos, fauna silvestre y escenarios llenos de verde, que solo la naturaleza puede lograr.
En el cenit encontrarás muchas veces miradores, que te ofrecen una vista vertical y completa del pueblo, desde donde se observa el exconvento de la natividad, en el corazón del pueblo, el cual fue construido por la orden dominica ya hace más de cinco siglos, y pese a haber recibido daños estructurales por el sismo ocurrido el 17 de septiembre del 2017, hoy está ya restaurado, esperando que lo visites y conozcas parte de su historia.
Están desde platillos típicos de la comida prehispánica que han mantenido su vigencia, hasta cocineros que se mantienen a la vanguardia experimentando con sabores y degustaciones que harán vibrar a tu paladar con la satisfacción de estar probando uno de lo mejores sazones.
En estos espacios no sólo encontrarás el mítico itacate triangular que en este momento es ya declarado parte del patrimonio de este paraíso terrenal —ya sea que lo pruebes solo o con un rico guisado—, sino también comida vegetariana, alimentos ricos en proteína, y multitud de sabores y sazones que acompañarán cada parte de tu experiencia.
Esto es solamente una probadita de lo mucho que Tepoztlán te puede ofrecer, no hace falta hablar de su gente, hospitalaria y arraigada a sus costumbres, leal y de buen corazón que seguramente te hará sentir parte de ellos durante tu estancia.